28 de abril de 2023

Datos y cifras


Información general

Las probabilidades de que un adolescente o un adulto joven viva hasta etapas posteriores dependen en gran medida del lugar del mundo donde residen. En 2021, la probabilidad más alta de fallecer entre los 10 y los 24 años se dio en el África subsahariana y la más baja, en Europa y América del Norte: en promedio, la probabilidad de que un niño de 10 años falleciera antes de cumplir 24 años era 6 veces superior en el África subsahariana que en América del Norte y en Europa.

En el grupo etario de 10 a 24 años, las tasas de mortalidad más bajas corresponden a la franja de los 10 a los 14 años y las más elevadas, a las del grupo de 20 a 24 años. En estas edades, las mujeres suelen tener tasas más bajas que los varones.

En dicho grupo etario, la mortalidad refleja el tipo de riesgo al que están más expuestos los individuos. Entre los 10 y los 14 años abundan las enfermedades infecciosas, mientras que entre los adolescentes de mayor edad y los adultos jóvenes esa causa es menos frecuente y se registran más defunciones debidas a accidentes, traumatismos, conductas autolesivas y agresiones. En la adolescencia se observa también la misma diferencia en función del sexo, ya que las tasas de mortalidad por las causas mencionadas más arriba son más elevadas en los varones, y también lo son cuando las defunciones son consecuencia de actos de violencia colectiva, guerras y otros conflictos. Por otro lado, las afecciones maternas son una causa cada vez mayor de defunción entre las jóvenes que viven en países de ingresos bajos.

Principales problemas de salud

Las lesiones y los traumatismos no intencionados, como los accidentes de tránsito y los ahogamientos, son una de las principales causas de muerte y discapacidad entre los adolescentes.

Los derechos de los adolescentes

Los derechos del niño (es decir, toda persona menor de 18 años) a sobrevivir, crecer y desarrollarse se recogen en diversos instrumentos jurídicos internacionales. En 2013, el Comité de los Derechos del Niño, encargado de velar por el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, publicó directrices sobre el derecho de los niños y los adolescentes a gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr. Asimismo, en 2016 se publicó una Observación general sobre el cumplimiento de los derechos de los niños durante la adolescencia en la que se mencionan las obligaciones de los Estados de reconocer los derechos y las necesidades de salud y de desarrollo de los adolescentes y las personas jóvenes.

Del mismo modo, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer establece los derechos de las mujeres y las niñas a la salud y a recibir una atención de salud adecuada.

Respuesta de la OMS

La OMS colabora con sus Estados Miembros y sus asociados para mejorar la salud de los jóvenes mediante la publicación de directrices basadas en la evidencia, la formulación y promoción de recomendaciones para que los sistemas de salud tengan en cuenta las necesidades de los adolescentes y el registro de los progresos realizados en materia de salud y desarrollo de este grupo etario.

En mayo de 2017, la OMS publicó un informe de gran importancia titulado Aceleración mundial de las medidas para promover la salud de los adolescentes (Guía AA-HA!): Orientación para la aplicación en los países, que se basó en las aportaciones recibidas tras un amplio proceso de consultas con los Estados Miembros, los organismos del sistema de las Naciones Unidas, los adolescentes y los jóvenes, la sociedad civil y otros asociados. El objetivo de esta guía es ayudar a los gobiernos a determinar las medidas de respuesta a las necesidades sanitarias de los adolescentes en sus países, así como la forma de aplicarlas.

Para mejorar las mediciones sobre la salud de los adolescentes en todo el mundo, la OMS, en colaboración con el ONUSIDA, la UNESCO, el UNFPA, el UNICEF, ONU-Mujeres, el Grupo Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos, ha establecido el Grupo Consultivo sobre la Acción Mundial para la Medición de la Salud del Adolescente, que proporciona orientaciones técnicas a la OMS y a los organismos asociados del sistema de las Naciones Unidas para definir un conjunto básico de indicadores de la salud del adolescente con miras a armonizar las medidas sobre la medición y la presentación de informes en esta esfera. 

Fuente OMS